Siguiendo con los problemas de humedades en las viviendas, hoy vamos a hablar sobre el fenómeno conocido como capilaridad. Nos referimos a la aparición de manchas de humedad en la parte baja de paredes o muros sin que por esa zona pasen tuberías o conducciones de agua.
La capilaridad es un proceso natural por el cual el agua asciende a través de las porosidades de los materiales. Para entenderlo mejor, simplemente tenemos que hacer un sencillo experimento, coger una servilleta de papel e introducir únicamente la punta de una de sus esquinas en un vaso con agua. Comprobaremos cómo la servilleta comienza a mojarse hacia arriba hasta llegar un momento en el que el agua ya no sube más. Si repetimos el experimento con otros materiales (un folio o un trozo de cartón) veremos ciertas diferencias debidas a los distintos grados de porosidad y permeabilidad de los mismos.
Sirva, pues, el ejemplo, como descripción del problema que nos ocupa puesto que cuando las viviendas se encuentran en zonas con suelos muy húmedos, por debajo del nivel freático o cerca de aguas subterráneas, y no tienen un buen aislamiento, la aparición de este tipo de humedad es cuestión únicamente de tiempo. Además, junto con el agua, también se filtran las sales minerales que contiene, lo que hace que aparezcan en las paredes marcas de salitre.
Aunque, como ya hemos indicado, el fenómeno de capilaridad depende del tipo de material, lo más frecuente es que en las paredes pueda llegar a alcanzar hasta el metro y medio de altura, aspecto por el que en muchas viviendas se colocan zócalos de plaquetas o baldosas en las plantas bajas o sótanos, sin que esta medida, como es evidente, sea una solución eficiente, puesto que únicamente esconden o camuflan el problema.
Hoy en día existe una gran variedad de tratamientos para eliminar por completo las humedades por capilaridad y dependerá, en cada caso, de la evaluación previa que se realice de la vivienda. Como siempre, contar con buenos expertos nos ofrecerá una mayor garantía y seguridad.