El Administrador de Fincas profesional

La convivencia en pisos, bloques, edificios, urbanizaciones, etc. obliga a los vecinos a tener que ocuparse de los asuntos propios de cada Comunidad, lo que puede suponer un gran esfuerzo y dedicación.

El Código Civil impone importantes obligaciones a los propietarios de los inmuebles, entre ellos, tener cuidado de los mismos y soportar el coste de los daños que se deriven de su falta de cuidado y mantenimiento o por el mero paso del tiempo. Al mismo tiempo, la vida en común, que viene legislada por la Ley de Propiedad Horizontal, impone una serie de limitaciones al dominio en aras a las relaciones de vecindad y convivencia, cuya gestión no es nada sencilla.

Junto a esto nos encontramos con la complejidad añadida de la falta de personalidad jurídica formal de las Comunidades. NuestrosAdministrador vecinos de Europa del Norte, una vez más, nos sacan ventaja habiendo otorgado ya dicha personalidad a las Comunidades y habiendo legislado la profesión del Administrador de Fincas. A efectos prácticos, en España, las comunidades actúan como si gozaran de personalidad jurídica, aun no teniéndola, ya que pueden intervenir en juicios, gestionar su propio patrimonio, etc. Del mismo modo, la profesión de Administrador de Fincas no se encuentra para nada regulada.

Los Administradores de Fincas se encargan de la adecuada y eficiente gestión de inmuebles ajenos y deberían tener que cumplir con una serie de requisitos, tanto de formación como de especialización. Dicha profesión, constituye una actividad compleja debido a la gran cantidad de materias que dicho profesional debe abarcar (conocimientos jurídicos, laborales, fiscales, contables, técnicos…).

Aunque la Ley permite que sea un vecino, concretamente el Presidente, el que pueda cumplir las funciones de administrador, se debe considerar la complejidad del cargo como justificación más que suficiente para que dicha función sea desempeñada por un profesional.

A continuación, desglosamos algunas de las tareas más importantes que debe llevar a cabo un Administrador de Fincas:

– Gestor de Patrimonio Inmobiliario, siendo un experto en la gestión de proveedores y servicios, seleccionando los que ofrecen la mejor calidad-precio.

– Gerente especializado en la resolución de emergencias y averías, controlando y consiguiendo las mejores condiciones para la comunidad gracias a su capacidad negociadora y al volumen de negocio conjunto que suponen las comunidades que administrada.

– Asesor en temas inmobiliarios, jurídicos, laborales, técnicos y económicos.

– Mediador entre la Comunidad y los propietarios, gestionando y eliminando la morosidad.

– Secretario con funciones de custodia de la documentación comunitaria, redacción y elaboración de las Actas, convocatorias de las Juntas, certificación de los acuerdos y asesoramiento sobre la viabilidad de los mismos.

– Contable, ocupándose de los cobros y pagos, elaborando informes económicos de la comunidad con claridad y precisión, haciendo la previsión de gastos e ingresos, buscando alternativas de ahorro, financiación, gestión y obtención de subvenciones, ingresos atípicos, etc.

La responsabilidad que conlleva el cargo de Administrador difícilmente quiere ser asumida por un propietario, puesto que la mayoría de los vecinos lo ven como una carga más que como un servicio a sus convecinos.

Pese a la creencia de muchos vecinos, un Administrador de Fincas NO ENCARECE LOS COSTES DE UNA COMUNIDAD, más bien al contrario (siempre que sea un buen profesional) proporcionando a la Comunidad un ahorro considerable gracias al conocimiento  de todas las necesidades de una comunidad y por los contactos  y colaboradores generados por el propio ejercicio de su profesión.

Comunadis es una empresa dedicada en exclusiva a la Administración de Fincas y cuenta con un equipo de profesionales perfectamente cualificados, lo que hace que pueda proporcionar a las Comunidades que administra los mejores servicios del mercado, al mejor precio posible y siempre con una total y absoluta transparencia en la gestión.

No olvide que una Comunidad bien administrada obtiene un valor añadido de gran importancia.